Clase 2 - Ley 19.640 :Futuro.

2. Orientación de la industria

Teniendo en cuenta la primera clase comprendemos que el objetivo de lograr el poblamiento e instalación de actividades económicas, se sancionó en 1972 la Ley Nro. 19.640, de Promoción Económica y Fiscal (ver Lección 1), que otorga a la Isla Grande de Tierra del Fuego el estatus jurídico de Área Aduanera Especial (AAE). Recién en el año 1990, el Congreso de la Nación sancionó la provincialización del hasta entonces Territorio Nacional de la Tierra del Fuego, Antártida e Islas de Atlántico Sur.

La Ley 19.640, de Promoción Económica y Fiscal, ha permitido convertir un inhóspito territorio en una provincia relativamente próspera, a partir de beneficios tributarios y aduaneros para todos sus habitantes y las actividades productivas allí radicadas. Dichos beneficios alcanzan a toda actividad económica desarrollada dentro del Área Aduanera Especial (en adelante, AAE), incluso a las ventas al territorio nacional continental, pero sólo cuando se tratasen de productos originarios de Tierra del Fuego.

Ahora bien, la provincia cuenta con una enorme riqueza y diversidad de recursos naturales, las principales actividades productivas que se han desarrollado no lo han hecho a partir del aprovechamiento de recursos locales, sino que, viéndose atraídas por los incentivos fiscales y aduaneros mencionados, se consolidaron en torno a la importación de insumos, para manufacturarlos y venderlos al mercado nacional. Esto ha permitido el desarrollo de industrias como la electrónica, electromecánica, plástica, textil-confeccionista y química, entre otras. 

La orientación de la industria es esencialmente mercado internista, existe una fuerte integración con las cadenas globales de producción, sobre todo en la electrónica, donde las principales marcas globales contratan los servicios de manufactura final a las terminales fueguinas. Esta inserción en las cadenas globales de producción también se da con los sectores autopartista, plástico, químico y textil – confeccionista, aunque en estas últimas con un grado de dinamismo tecnológico menor. Las implicancias de esto refieren a que este es uno de los pocos sectores de la estructura productiva nacional en interacción directa con segmentos líderes de cadenas de valor global (no es así el caso de la industria automotriz, por ejemplo, en la que existe intermediación regional de la cadena debido al rol predominante de Brasil en términos tecnológicos y productivos), planteando desafíos y aprendizajes. 

Como resultado de dicha dinámica se han desarrollado vinculaciones basadas en interacción directa con las terminales para la resolución de problemas tecnológicos y de desarrollo conjunto de procesos in-situ, además de profundizar fuertemente las prácticas de calidad de las empresas locales. Esto ha aparejado externalidades positivas de las capacidades tecnológicas de las firmas fueguinas, que se han especializado paulatinamente en el desarrollo de procesos de manufactura de gran escala, aunque con especificidad tecnológica de máxima exigencia (en especial en telefonía de alta gama), con flexibilidad para la modificación de líneas de producción e implementación de cambios de productos y procesos en plazos operativos muy cortos (en los casos más virtuosos, en horas). 


Lo desarrollado hasta aquí pertenece al trabajo “Lineamientos estratégicos para la política de CTI” dirigido por Fernando Porta y Gustavo Burj. 

Ingrese al enlace desde aquí: https://drive.google.com/file/d/1boovfIoZ1GcPVJviYyKDHaKBL0zQDtjJ/view?usp=share_link